De Academus, Academia. Comienza otro curso

Septiembre es el mes que marca el inicio de otro curso escolar. Los estudiantes que aun tienen la suerte de utilizar libros impresos, identificarán ese olor tan agradable de estrenarlos al pasar páginas. Vendrán nuevos tiempos y tal vez este aroma quede registrado en el recuerdo. Al  paso que vamos, es posible que todo el material escolar sea virtual.  Pero mientras tanto, aun quedan vestigios de la enseñanza con materiales de aprendizaje clásico: libros, cuadernos, folios, bolígrafos, lápices de colores, escuadras y cartabones.

Es importante mantener orden, equilibrio y limpieza en la zona de estudio, además de una buena iluminación. Así creamos un ambiente agradable y propicio para la concentración. Crear hábito en los niños, desde muy pequeños y separar decididamente las áreas de juego y todo lo que pueda entretenerles. Ésto es muy importante cuando se trata de niños pequeños. En la medida que dediquemos más entrenamiento y método en los primerísimos años, más se verá compensado el buen hábito en el tiempo.

Claro está, las diferencias individuales de cada niño se harán presentes. Algunos sentirán adoración por sus colegios y otros, prestarán verdadera devoción a las actividades extra cátedra. En lo personal, puedo decir que pertenezco al primer grupo, además de guardar excelentes recuerdos de todas las instituciones en las que me he ido formando a lo largo de mi vida Académica.  Quiero contarles que, a mis años, hablando de académicos y academias, apenas hace dos días encontré el significado de Academia. Me impresionó que un término tan evocador de ese santuario del conocimiento, deba su nombre – simplemente- a que, en tiempos de Platón, éste estableció la que podría considerarse la primera Universidad del mundo. Para ello, ocupó con sus discípulos unos terrenos, – al parecer bastante descuidados-, propiedad de los herederos de un ciudadano ateniense, llamado Academus. Con esa anodina sencillez se ha acuñado el nombre de todo lo que evoca aprendizaje y conocimiento.

A partir de los Jardines de Academus  -en cuanto a emplazamiento y edificaciones- han surgido muchas universidades. Debo aclarar, que este blog está dedicado estrictamente a la decoración, por tanto no es en mi intención, (ni tengo potestad para hacerlo) de calificar ninguna Institución desde el punto de vista de ranking  o posición de excelencia académica. En esta entrada me limito a presentar fotos de tres Universidades que en su conjunto arquitectónico me atraen enormemente: Salamanca, una de las fachadas más admiradas en edificación alguna, todo un referente mundial. Oxford, por su historia y por haber permitido editar una espectacular colección de papeles pintados inspirados en sus archivos, algo digno de verse. La tercera es una Universidad con muchos años menos, más  joven, como todo lo que esta en América. Es la UCV, cuya sede ocupa  más de 200 hectáreas, al este de la ciudad de Caracas. En la fotografia su Aula Magna, donde tienen lugar los actos de grado. La acústica es perfecta y los elementos que se ven en el techo son conocidos como las Nubes de Calder. (Alexander Calder, escultor norteamericano).

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